Se trata de la tercera vez que el país asiático consigue este hito, dentro de una misión secreta de la que solo se sabe que su objetivo es llevar a cabo "experimentos de ciencia espacial y verificación de tecnología reutilizable". El lanzamiento fue horas después de que SpaceX cancelara el despegue del X-37B, el programa igualmente secreto de EE. UU. para volar un avión espacial autónomo.